En el minuto uno de El Testamento, un hombre de mediana edad, al que le gustan los musicales, se pone en la situación, así, abiertamente, sin tapujos, de su propia muerte. A partir de ahí, en un monólogo desenfadado y divertido, con la ayuda de diversos objetos, hace un repaso de su vida. Ramón Molins, alma mater de Zum-Zum Teatre, en un auténtico ejercicio de desnudez emocional, expone en el escenario los rincones más recónditos de su biografía. Algunos reinventados o pasados por el tamiz del tiempo; aquello ocurrido en la infancia, reinterpretado bajo el filtro de la mentalidad adulta. De algún modo, su ejercicio nos interpela a todos, que acabamos preguntándonos también si aquello que recordamos de nuestra niñez ocurrió exactamente así… La obra obtuvo, en 2023, el premio Feten a la mejor dirección y dos premios Drac d’Or, de la Fira Internacional de Titelles de Lleida.
Hay obras teatrales que tienen alma. Y esto es tenerla o no tenerla. Así de simple. Y El Testamento la tiene.
Amaranta Gibert Montero, El Punt Avui
Zum-Zum Teatre, con Ramon Molins como director artístico, tiene una trayectoria de casi 30 años. En 1994 se fundaron simultáneamente en Lleida una escuela de teatro y una compañía profesional que, hasta la fecha, ha producido unos veinte espectáculos dirigidos, como ellos dicen, “a adultos a partir de 4 años”. Su vocación es ensanchar los límites de la imaginación y el sentido crítico de los pequeños y mayores y generar, a través de las obras, más preguntas que respuestas. Esta tarea, como herramienta socioeducativa, se ha traducido en más de 3.000 actuaciones en muchos países de Europa. Su última participación en Teatralia fue en 2018 con La gallina de los huevos de oro.