En los últimos diez años el modelo residencial madrileño ha continuado su evolución consolidando sus rasgos esenciales a través del desarrollo de cuatro procesos fundamentales:

1.       El crecimiento del parque residencial con la incorporación masiva de nuevas viviendas.

2.       Su difusión y expansión territorial consolidando un modelo metropolitano cada vez más descentralizado, en el que se han extendido las tipologías de viviendas unifamiliares.

3.       Su modernización, que se expresa a través de la mejora de los tipos constructivos y de sus instalaciones.

4.       La ampliación del modelo de tenencia basado en el sistema de propiedad en detrimento del sistema del alquiler.

Estos cuatro procesos empezaron a desarrollarse en la década pasada, por lo que se puede considerar que en muchos aspectos los noventa ha sido un período de continuidad, aunque ha habido algunas novedades que están marcando gran parte de los nuevos procesos que se están desarrollando en la actualidad. Entre los más importantes se podrían destacar:

1.       La producción masiva de nuevas viviendas que se empieza a producir en España y en la Comunidad de Madrid a partir de la mitad de la década de los años noventa y que alcanza niveles que no se habían experimentado desde los años setenta.

2.       La recuperación del Municipio de Madrid como un área de desarrollo residencial y la extensión de los procesos de expansión metropolitanas a municipios de la Comunidad de Madrid situados fuera del Área Metropolitana.

3.       El impulso que parece que se ha producido en las viviendas no principales, especialmente en las viviendas secundarias que tienen un enorme desarrollo en el propio Municipio de Madrid.

4.       La aparición del hacinamiento como uno de factores claves para definir las condiciones de alojamiento de algunos colectivos en la sociedad madrileña actual.