Estos datos, referidos a 1991, hacen de Madrid, tras Guipúzcoa y Soria, la tercera provincia en cuanto al porcentaje de alumnos que finalizan sus estudios obligatorios, cuando en el conjunto nacional la media representa el 79,5%. En el polo opuesto de la tabla se encuentran las provincias de Cádiz y Almería, donde más del treinta por ciento de los alumnos de este tramo de edad abandonan los estudios. Las diferencias entre ambos extremos son notables, como manifiesta María Jesús San Segundo, profesora de Economía de la Educación de la Universidad Carlos III de Madrid, y autora del artículo Igualdad de oportunidades educativas, editado en la revista Ekonomiaz por el Departamento de Economía del Gobierno Vasco, del que procede esta información.

Para San Segundo "las 12 provincias con peores resultados educativos pertenecen a regiones del sur (...), mientras que las 12 provincias mejor situadas corresponden al triángulo del norte peninsular comprendido entre Madrid, Asturias y Aragón". No obstante, estas diferencias no se explican únicamente por el nivel de renta, para la profesora "se ven afectadas por factores socioculturales y por la oferta educativa existente en las distintas zonas geográficas".

Más evidente es la posición española en cuanto a las tasas de escolarización. "El 83 por ciento de los jóvenes de 16 años están escolarizados en España, mientras que la media de la Unión Europea se sitúa en el 91 por ciento", escribe San Segundo, para quien "como resultado de estas deficiencias en nuestra política de becas, así como por problemas de fracaso escolar, y por condicionantes culturales, un porcentaje aún apreciable de nuestra población abandona el sistema educativo entre los 16 y los 18 años".

Para la autora del informe, "si se quiere alcanzar una verdadera igualdad de oportunidades, es preciso prestar atención a los factores que condicionan el éxito y el fracaso de los alumnos en los niveles de primario y secundario", porque, según la profesora, "programas de becas y préstamos (en la enseñanza superior) no pueden resolver totalmente el problema ya que la principal fuente de desigualdad se encuentra en los niveles educativos previos".

El gasto en educación ha pasado de representar el 1,8% del PIB en 1975 al 4,8% en 1995 y, para San Segundo, en términos de política de financiación "la evolución del sistema educativo parece favorecer la igualdad de oportunidades". ¿Cómo afectará a la Comunidad de Madrid en su presupuesto el asumir las competencias en materia de educación? El informe es claro al respecto: "el proceso de asunción de competencias parece arrastrar un aumento en el gasto educativo ya que el territorio MEC (Comunidades Autónomas sin competencias en educación) ha pasado a situarse en 1995 entre las administraciones de menor gasto".

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