“MOON WATER NO TRATA SOBRE LA MEDITACIÓN; MOON WATER ES MEDITACIÓN EN SÍ MISMA” - The New York Times
Para los chinos, el agua lunar es una metáfora de dos cosas. La primera hace referencia al proverbio budista “las flores en un espejo y la luna sobre el agua son ilusorias”. La segunda describe el estado ideal de los practicantes del taichi, sintetizado en la frase “la energía fluye como el agua, el espíritu brilla como la luna”.
El prestigioso coreógrafo Lin Hwai-min se inspira en la lírica sugerente de estas metáforas para crear una poética evocación de la filosofía taoísta. Con Moon Water (Agua lunar), el escenario resplandece con brillos acuáticos, reflejados en superficies blancas y negras. Los bailarines, dueños de una belleza de movimientos serena y precisa, recrean con sus cuerpos un estudio de lo real y lo irreal, de la alteración y la quietud, del yin y el yang. En definitiva, una disquisición espiritual acerca del paso del tiempo.
Sobre el escenario, agua y espejos crean un juego de imágenes reflejadas, de piedras negras y sedas blancas. Los cuerpos empapados de los bailarines muestran cómo realidad y apariencia se fusionan inseparables, en una coreografía ondulante que escapa a las leyes de la gravedad y conduce a una purificación del cuerpo y el alma.
La fluidez absoluta del taichi, transformado por Hwai-min, queda convertida en un expresivo y lírico vocabulario dancístico. Mientras, la música de Johann Sebastian Bach cruza el aire y los cuerpos hallan su referente sonoro.
Oriente y Occidente se encuentran sobre el escenario.
Desde su estreno en el Teatro Nacional de Taipei en noviembre de 1998, Moon Water se ha presentado en festivales y teatros de todo el mundo. En 2003, fue aclamada por la crítica de danza del New York Times, Anna Kisselgoff, como una de las mejores coreografías del año.
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