IzAdi, de la compañía El lagarto baila, es una oda al mundo de los sentidos. Un paisaje sonoro y un viaje sensorial a través del lenguaje primitivo del cuerpo. Busca inspiración coreográfica en el haiku, un tipo de poesía japonesa que capta de manera sencilla y profunda la experiencia del momento. Partiendo de la idea esencial de describir con esa filosofía los fenómenos naturales, la realidad y lo percibido por los sentidos, el espectáculo, más que contar una historia, despliega una miscelánea de poemas visuales breves llenos de movimiento, color, sonido y texturas. A través del recorrido coreográfico, se vislumbran paisajes en movimiento de sonidos brillantes, apagados, secos, perfumados, ondulantes, sugerentes y otras numerosas sensaciones.
El planteamiento creativo de IzAdi se caracteriza por la diversidad de materiales y la exploración hacia un lenguaje transdisciplinar entre danza, música, artes plásticas y teatro de objetos y marionetas. El lenguaje artístico de la danza se trabaja desde la integración con el arte musical. De hecho, la composición del espacio sonoro como elemento generador de estímulos comunicativos es otra de las claves dramatúrgicas. Se construye a través de la sonoridad del cuerpo, de la expresión vocal y del manejo de instrumentos de percusión y viento realizados con materiales naturales como la madera o el barro, que despiertan la atención de los bebés y enriquecen el diálogo con el público.
Un espectáculo lleno de vida que ofrece a los más pequeños una experiencia íntima, sensible y tierna, en un clima de estímulos sonoros y visuales; en definitiva, una rica experiencia estética.