www.candidodecastro.blogspot.com
En Joven Hamlet, el público es testigo y parte de la obra desde su entrada. Un enigmático pianista recibe a los espectadores a su llegada. Después, el detective hace aparición para informar al público de los terribles sucesos que han tenido lugar en la Corte Real de Dinamarca. Es el caso Hamlet: los asesinatos han ocurrido en el Castillo de Elsinor. Para desarrollar su investigación, el detective se mete en la piel de todos los protagonistas. Se transforma en Hamlet, su madre, el fantasma de su padre, su tío Claudio, Ofelia, Laertes, un sepulturero… usando para ello las palabras y versos de Shakespeare. Sobre el escenario, objetos, pruebas necesarias para la investigación: un trono, una corona, un vestido de novia, un espejo, cartas y flores secas, una espada de filo envenenado y una calavera... Juntos, público y detective buscarán esclarecer los hechos.
“Hamlet es una de esas obras en las que muere hasta el apuntador. Seguramente a Shakespeare y a nuestro protagonista, les mueve la misma necesidad: penetrar en los laberintos de la mente de los protagonistas, para intentar comprender el porqué de tantas muertes innecesarias” , afirma Emilio Goyanes, director de la obra. Un pianista de jazz acompaña al detective durante el transcurso de la trama, acentuando la acción, transportando libremente la música del siglo XVII al jazz.
Para montar Joven Hamlet, los renombrados artistas Cándido de Castro y Emilio Goyanes, actor y director respectivamente, se reúnen para recrear una producción británica de los artistas Paul Harman y Chris Connaughton. La obra se estrenó en enero de 2021 en el Teatro Principal de Zamora y ofrece a los mayores de 12 años una mirada curiosa hacia el texto shakesperiano. Una perspectiva detectivesca, donde los elementos de atrezo se convierten en pruebas y donde el actor en escena da vida con gran eficacia a todos los demás personajes implicados en la trama en un juego de transformismo minimalista.