¿Cómo fue que un día dejamos de jugar? Esta reflexión aparentemente simple es la premisa desde la que parte Las pequeñas cosas, de la compañía mallorquina La Mecànica. El espectáculo toma como perspectiva la altura de las rodillas, que sería, por su estatura, el punto de vista de los niños. Ellos van descubriendo poco a poco el mundo y así Las pequeñas cosas se convierte en un descarado y enérgico espectáculo para niños y adultos. Un montaje travieso, fresco, inspirador de múltiples lecturas, y capaz de estimular el diálogo intergeneracional. A través de objetos-títeres y danza, teatro físico y música, combinados con precisión y armonía bajo la dirección de Pau Bachero, los cuatro intérpretes se divierten y juegan con el público, a la par que confrontan la sincera y directa ingenuidad de la infancia con la absurda lucha de los adultos para ser grandes modelos sin perder una aparente dignidad. ¿Por qué, sin más razón que el paso del tiempo, los adultos abandonamos el placer de jugar? ¿Por qué nos esforzamos en ver las cosas a través de la experiencia y no desde la inocencia infantil?
"El espectáculo va acompañado de unos talleres participativos donde un grupo de niños y niñas de Madrid aportan sus ideas alrededor de la ciudad, la escuela, la familia y todo aquello que les rodea. Se trata de un requisito irrenunciable de la compañía: " La participación de los más pequeños es uno de los puntos más acariciados del proyecto , es lo que tiene sentido. Esta experiencia entre compañía, teatro y comunidad nos proporciona una fuente inagotable de inspiración y desarrollo colectivo" , aseguran sus responsables, para quienes la realización de un espectáculo inclusivo fue siempre un objetivo principal. "Queremos que sea una experiencia accesible para todos los niños, sin discriminación por clase, sexo, raza, religión o diversidad funcional, ya sea intelectual, motora o sensorial" , concluyen."
“… La obra puso un punto y aparte redondo y exultante al Festival, con un trabajo que plantea la relación entre padres e hijos desde una perspectiva tan actual, verídica y lúdica, que todos los espectadores, familias con niños pequeños en general, se vieron reflejados y atrapados por las mismas emociones que transmitían los actores”.
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