Grande Finale

Una orquesta cómica y grotesca que recuerda, por su estética, al Chaplin del primer cine mudo, espera a que una impuntual pareja nupcial haga acto de presencia. Durante la espera, los músicos, guiados por un enloquecido director, comienzan a vivir su propia vida. Una vida curiosamente trágica, extravagante y conmovedora en la que, amenazados por la batuta del tirano, se ven obligados a asumir el papel de los novios desaparecidos.

Desvarío tras desvarío, la acción avanza en clave de comedia hasta que la música que en principio debía anunciar un exquisito principio para la ceremonia del sagrado matrimonio... termina por convertirse en un gran final.

Con esta trama hilarante, el grupo Batida pone en jaque todas las expectativas de organización, sincronía y obediencia que se atribuyen tradicionalmente a las orquestas.

En Grande Finale (Gran final), este grupo danés nos cuenta con pocas palabras y mucho humor la historia de una boda en la que los novios no aparecieron jamás y donde los estrafalarios miembros de la orquesta invitada vivieron los sucesos más inesperados. Narices postizas, pelucas y vestuario unifican a todos los músicos actores de esta comedia musical hasta tal punto que incluso llegan a confundirse unos con otros.

Todo ello, con un estilo musical y visual en el que sólo hay unas pocas palabras en inglés y del que la crítica ha dicho que “provoca hilaridad, estimula los pensamientos y se clava en la memoria”.

En directo, la orquesta toca las teclas de las emociones y la carcajada con un lenguaje universal y una dramaturgia musical que puede ser entendida por todos los públicos.

Grande Finale ha hecho reír a espectadores de varios continentes en países como Cuba, Corea del Sur y Turquía, entre otros.

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