Nena

Todo comienza a partir de un beso… el beso de buenas noches de su madre.

En su cama de dos colchones, su madre, para abrigarla, le ponía debajo de la colcha su bata de guata, el abrigo del padre, la falda de su tía Carmela  y los pantalones de su tío Jacinto. En los bolsillos de estas prendas a veces se encontraba tesoros olvidados... sugerencias para que brotasen en ella las preguntas que serán el inicio de sus aventuras.

En Nena, la autora Maruja Gutiérrez vuelve al universo lejano de su infancia. Y recuerda. Recuerda su habitación, la cama precaria donde se arropaban en soledad las primeras preguntas y asaltaban los primeros miedos. Recuerda el punto de partida de un viaje, el del crecimiento, que es a la vez de iniciación y de despedida.

En el límite del sueño y la vigilia se encuentra la pequeña protagonista de trapo, perdida entre las sábanas de la memoria y rescatada por unas manos, metáfora del encuentro entre una mujer y la niña que fue.

La imagen virtual, las sombras, el cuerpo del actor, los títeres y una partitura musical para acordeón comparten el espacio escénico de esta pieza que se presentó por primera vez en junio de 2007 en el Teatro José Tamayo de Granada.

Un espectáculo tierno y evocador en el que los objetos son convertidos en materia esencial para la trama dramática. En el espacio íntimo del escenario, sonando las notas de intriga, marcando el ritmo un acordeón, la actriz se convierte en títere y el títere parece cobrar vida...